Después de las últimas noticias sobre la venta de montes públicos en Castilla La Mancha por parte de la Junta, se ha dicho mucho y en muy diversos medios. Este cruce de (des) información puede llevar a confusión pensando que todo quedara como hasta ahora pero con gestión privada o a pensar en un apocalipsis ecológico y que Castilla La Mancha sera un desierto. Ni tanto, ni tan calvo.
Centrando el tema en el que tengo mas cerca y me toca mas la fibra, El Dehesón del Encinar, he hecho un breve repaso de su historia y de como hemos llegado a la situación de incertidumbre que hoy vivimos con este paraje.
La historia arranca atrás en el tiempo, en 1636 nada menos, cuando el conde de Oropesa de aquel entonces exige a Felipe IV el pago de una deuda por una coronelia (tropa para una guerra, de la que contaremos algo otro día). Aquel Austria menor, sin un maravedí en el bolsillo, solo se le ocurrió tirar de tarjeta ajena, y cedió hasta el pago de la deuda dos enormes extensiones de terrenos comunales de los pueblos de la Campana de Oropesa, los Dehesones de El Roble y del Torno o Encinar, más de 4000 hectáreas.
En 1776 los pueblos de la Campana, demandan al Conde la liberación de los dehesones, comenzando un juicio que se alargara 98 años. Ya 1874, se falla a favor de los pueblos y los terrenos han de ser restituidos, nombrando un interventor que declara el enorme daño sufrido en El Roble, por la tala masiva del arbolado, perdiendo gran parte de su valor económico.
Y si ya la cesión de los terrenos fue una infamia, vamos con la segunda de la historia.
En previsión de un nuevo alargamiento del proceso, la mitad de los pueblos deciden negociar con el conde de Oropesa mientras Oropesa, Lagartera, Herreruela y Torralba no quieren dejar la lucha. Al final se opta por la negociación y se retira la demanda del juzgado, a petición de las Villas y Lugares. Cuando la negociación finaliza y va a presentarse, el ministerio de Gobernación la desautoriza, y las tierras vuelven a manos del conde de Oropesa. Goool
En 1894 existe un intento nuevamente por parte de los pueblos de hacerse con los Dehesones, aprovechando la nueva ley de desamortización, pero sin éxito Habrá que esperar hasta 1916, que sera esta vez el propio Estado, quien demandara el conde la propiedad de la tierra, alegando la sentencia de 1874. Tras trece años, en 1929 pasa a propiedad del Estado.
Desde 1931 es ocupado por yunteros (campesinos sin tierras) en el marco legal de la 2ª República hasta el 36 con la guerra civil.
Ya pasada la guerra, en 1941 arranca de la mano de Don Miguel Odriozola el centro de investigación agropecuaria, para la mejora de la especie del cerdo ibérico, dando origen al Torviscal.
Volviendo al tema de la titularidad de las tierras, en 1972 el Estado reparte las fincas: 2859 ha para los pueblos de la Campana de Oropesa y 1300 para el Estado, entre las que se encuentra el Dehesón del Encinar y su centro agropecuario con 715 ha. Ojo que se anuncia como si le hubiera tocado la lotería a los pueblos de la zona.
En 1984 esas 715 ha del Dehesón actual, pasan a manos de la Junta de Castilla La Mancha, continuando la labor del centro ganadero que permanece allí.
En 2012 surge la especulación y parece que existe un claro interés de la administración por venderlo. Esta catalogado como monte de utilidad pública y refugio de fauna, además de encontrarse en un ZEPA y LIC.
Y aquí estamos en el año 2013, el de los recortes en sanidad y educación, los aumentos de facturas, impuestos y pánico al despido. Durante todo el año pasado, la Junta de CLM ha ido desmantelando poco a poco el Deheson: vendiendo el ganado, dejando al personal parado en la finca, cambiando el uso y estatus de otros montes similares en toda Castilla La Mancha, contando con el dinero que va a ganar con la venta en las partidas presupuestarias... un largo etc, sibilino y alevoso, amparado en la dictadura de la mayoría que otorga este país a quien gana unas elecciones. Quien va a protestar por cuatro trozos de campo a los que nadie mira.
Por lo menos esta vez, parece que los medios ponen el foco en nosotros, coto de caza de señoritos varios, de helipuertos y palacios en mitad del monte. Rompimos nuestra autocracia informativa y llegamos a medios como El País para que toda España pueda ver lo que ocurre, porque las cifran asustan: de los 228 montes de utilidad pública existentes en Castilla-La Mancha, que protegen una superficie de 170.471 hectáreas, 57 estarían preseleccionados por la Junta para sacarlos a la venta, y ocupan una superficie algo superior a las 40.000 hectáreas. Un 23%, ahí es nada.
Y el Deheson, codiciado desde siempre como hemos podido ver, por unos y otros, no iba a ser una excepción, él se debe a su historia. Lleva desde hace mucho tiempo siendo ese lugar de encuentro, entre el hombre de campo, que cría su ganado y siembra la tierra, y la naturaleza que allí se a adaptado a él. Esa estampa en noviembre, con las grullas a primera hora de la mañana que comienzan su escándalo entre la niebla, las vacas en el monte, el martín pescador de sus arroyos en primavera, las bellotas que alimentan a infinidad de especies, los corzos que cruzan raudos sus caminos o el corcho de sus alcornoques centenarios ... y mientras tanto nosotros, sus vecinos, lo ignoramos. Se han encargado de ello durante casi 4 siglos, en los que hemos perdido la memoria de lo que suponían estas tierras para nuestros antepasados.
Hoy, su futuro es incierto. La ley de montes del siglo XIX lo declara como monte de utilidad pública “inalienables, inembargables e imprescriptibles”. José Bono, ex-presi de CLM, lo convirtió en refugio de fauna, como rezan los carteles en mitad de la finca a bombo y platillo, que se vean, y así se prohibió la caza en él. Pero esto son palabras en un papel, no verdades absolutas, y las leyes van y vienen, se adaptan y re-adaptan a placer, que para eso votamos. Parece que la Junta olvida lo que ha pasado antes, aquí y allá, en todas partes donde se desamortizaron terrenos, aunque en su actual catálogo de montes hace incluso esta reseña histórica "Esta reducción de los montes se intensificó con el conocido proceso desamortizador surgido en la segunda mitad del siglo XIX, que suponía la venta de los terrenos forestales públicos a particulares, con la consiguiente sobre explotación y degradación de dichos terrenos." Vaya, queremos repetir.
Y aquí estamos cuatro gatos, frikis que montan por allí en bici los fines de semana. Que van a pasear cuando hace 4 grados para ver "bichos", que se paran en un árbol porque les parece grande... debo ser raro, pero llevar a alguien allí por primera y ver su cara de asombro ante la inmensidad del bosques que lo rodea, y poder decir muy seguro, "esto es de todos, y tuyo también". No tiene precio. Es hacer un homenaje a la memoria de los pueblos y guardarlo en una foto para las generaciones futuras. Y es todo esto lo que nos van a quitar: los bichos, los árboles, las vistas, el aire, los caminos, los arroyos, la foto, la memoria... la historia.
¿Por donde pasa la solución o como puede acabar esto? Pues hoy es una incógnita, ojala pueda dar una buena noticia sobre el final de este asunto. Para mi existen tres posibilidades
Si queréis mas info, aquí tenéis toda un colección de artículos y publicaciones de diversos medios y fuentes con las que hemos realizado esta entrada.
Vacas avileñas |
Grullas en el Deheson |
Hoy, su futuro es incierto. La ley de montes del siglo XIX lo declara como monte de utilidad pública “inalienables, inembargables e imprescriptibles”. José Bono, ex-presi de CLM, lo convirtió en refugio de fauna, como rezan los carteles en mitad de la finca a bombo y platillo, que se vean, y así se prohibió la caza en él. Pero esto son palabras en un papel, no verdades absolutas, y las leyes van y vienen, se adaptan y re-adaptan a placer, que para eso votamos. Parece que la Junta olvida lo que ha pasado antes, aquí y allá, en todas partes donde se desamortizaron terrenos, aunque en su actual catálogo de montes hace incluso esta reseña histórica "Esta reducción de los montes se intensificó con el conocido proceso desamortizador surgido en la segunda mitad del siglo XIX, que suponía la venta de los terrenos forestales públicos a particulares, con la consiguiente sobre explotación y degradación de dichos terrenos." Vaya, queremos repetir.
Y aquí estamos cuatro gatos, frikis que montan por allí en bici los fines de semana. Que van a pasear cuando hace 4 grados para ver "bichos", que se paran en un árbol porque les parece grande... debo ser raro, pero llevar a alguien allí por primera y ver su cara de asombro ante la inmensidad del bosques que lo rodea, y poder decir muy seguro, "esto es de todos, y tuyo también". No tiene precio. Es hacer un homenaje a la memoria de los pueblos y guardarlo en una foto para las generaciones futuras. Y es todo esto lo que nos van a quitar: los bichos, los árboles, las vistas, el aire, los caminos, los arroyos, la foto, la memoria... la historia.
Dehesón del Encinar, guardar esta foto o la entrada en favoritos, porque seguramente no lo volváis a ver asi de cerca nunca |
- Que encuentren el resquicio legal y lo acaben vendiendo. Pros y contras, que ya estuvo en manos privadas 360 años y aquí sigue, sin leyes que lo protegieran como ahora a los terrenos forestales. Su hermano, el Deheson del Roble no pudo decir lo mismo. Quien sabe si quizás un "particular" lo cuidaría mejor que ahora, limpiaría el monte como es debido y otras tantas cosas que se hacen a medias desde que la Junta se hizo cargo de su gestión.
- Que pase a manos de los pueblos. Mas miedo me da todavía esta opción. Sabéis que 1300 ha de las que nos dieron en los 70, están en la linde norte de la finca, Mengacenar, Jabali... pues son de los pueblos, pero están cedidas, cerradas con candado, silban las balas en las monterías .. creerme que te indican el camino de vuelta muy amablemente si te ven donde sus "dueños" no quieren que estés ¿Realmente queremos eso?
- Que se quede como esta, en manos de la Junta (porque es de la Junta, y no de la campana de Oropesa como se ha publicado), semi abandonado, a merced de incendios, vertidos de escombros, contaminación, o que entre en la gestion alguna empresa privada de espacios naturales a la que paguemos una millonada y haga,... nada. y así puedan decir que esta en desuso y ya no cumple su función y pueda venderse por fin. Vuelta a empezar
Para mi, la solución pasa por la vuelta a su origen. Por el uso compartido de la tierra por las gentes de los pueblos que aun viven del campo. Que se repartan sus recursos con un sistema de suertes, con actividades ganaderas y agrícolas que no degraden el medio, tradicionales y no excluyentes: corcho, colmenas, ganado octoctono, actividades en el medio natural, repoblación forestal, talleres de empleo locales, alguna cooperativa de productos alimenticios... si todo es ponerse, con voluntad, pero con la verdad por delante, algo que nunca se le ha dado a este paraje.
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